(A Stel.la y Merionj)
"Después, nos convertimos en adultos, en parte de la sociedad y, uno a uno, nuestros sentidos se van cerrando, y ya apenas se aprende nada nuevo, usamos sólo la razón y la palabra, y las preguntas que nos hacemos son: ¿cuánto cuesta? ¿Para qué sirve? ¿Qué puedo sacar de ello?"
Bruno Munari
Ciccì Coccò es una pequeña joya dentro
del ámbito que nos ocupa. Se trata de un caso especial, otro de esos primeros y
raros ejemplos de libros para niños ilustrados con fotografías de gran calidad,
verdaderos poemas visuales que podrían colgar de la pared de cualquier museo
sin más compañía que la de una cartela señalando la autoría, el año de
realización y algún otro detalle técnico. El gran Bruno Munari, sin embargo, logra
conferirles otra dimensión y, juntas, palabra e imagen, convierten a este libro
en una obra de arte al alcance de todos.
El responsable
de las fotografías, que se llevaron a
cabo en su mayor parte entre 1974 y 1981 en Inglaterra, es Enzo Arnone, un
fotógrafo freelance y asiduo colaborador de distintas editoriales italianas, nacido
en Cortina D’Ampezzo en 1945.
Sus imágenes están
repletas de “instantes decisivos”, y de momentos que sólo un niño (o aquél que
recuerda lo que significa descubrir) puede dotar de significado completo. A sangre
y en blanco y negro, la obra de Arnone posee, por otro lado, la suficiente
espontaneidad y altura, heredera quizá de autores como Hellen Levitt o Wolf
Suschitzky, como para distanciarse de esa pátina trasnochada que caracteriza a
una parte importante de la fotografía infantil.
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